Solemos pensar que la espiritualidad es sólo para unos pocos o que todavía no tuvimos esa “necesidad”, esa “urgencia”…
Ser espiritual no tiene que ver con meditar, hacer yoga, escuchar mantras o hacer una terapia energética… Estos son medios, herramientas a través de las que entramos en contacto con nuestro Ser. Con las que nos damos cuenta que somos más que un cuerpo y este personaje con el que nos identificamos.
Ser espiritual es vivir desde el Ser, de acuerdo a sus necesidades. Es saber quién sos, más allá de tu nombre. Es conocer desde que parte
Operas a cada momento, siempre desde tus principios. Es elegir conscientemente cada relación, cada vínculo, cada experiencia, cada pensamiento. Es verte en el otro . Es ver tu parte en el otro. Es saberte uno con el todo.
Sabemos que estamos siendo espirituales cuando sentimos paz. Cuando en el acto de observar lo que nos causó sufrimiento o todo lo que algún día creíamos que éramos podemos comprendernos y hasta reírnos. ( cuando nos reímos de nosotros, de lo que alguna vez creímos, de las experiencias y elecciones que alguna vez hicimos).
Solemos tomarnos la espiritualidad muy en serio cuando la limitamos a experimentarla sólo a través de ciertas prácticas.
Todos somos espirituales y serlo tiene que ver justamente con honrar nuestra manera auténtica de experimentarla, de entrar en contacto con nuestro Ser, nuestra esencia.
‘Ser espiritual’ es una aptitud que habitamos cuando somos capaces de ver la esencia de las cosas, de las personas y de cada experiencia. Y aunque esta se pronuncie desde nuestro lado egoico,
Sabemos que lo estamos siendo cuando no lo pronunciamos, cuando simplemente SOMOS…
Si conoces a alguien que no resuene con las típicas prácticas ‘espirituales’ compartiré estas palabras que validan su forma auténtica de Ser.